Robots a pie de máquina 

Entrar a una planta de inyección de plástico sin automatización es cada vez menos raro. Los márgenes de producción y los estándares de calidad obligan a integrar soluciones que mantengan la repetibilidad y reduzcan los tiempos muertos. En este escenario, la robótica se ha convertido en eje clave para mantener competitividad. 

Entre las configuraciones más eficientes para estas tareas, los robots SCARA (Selective Compliant Articulated Robot Arm) ocupan un lugar particular gracias a su velocidad en el plano horizontal y su precisión vertical, lo que los hace idóneos para funciones repetitivas y de alto ritmo alrededor de la prensa. 

En una celda de moldeo por inyección los segundos son siempre valiosos, por lo que los sistemas SCARA, generalmente con brazos articulados de cuatro ejes, realizan trayectorias rápidas y controladas que acortan las operaciones de carga, descarga o manipulación periférica. Su arquitectura permite un alcance reducido —habitualmente entre 450 y 650 mm— con capacidad de carga de hasta 6 kg, suficiente para insertos, piezas terminadas o sistemas de colada. 

En configuraciones con sujeción vertical, son habituales en la carga de insertos: pueden colocar múltiples piezas en cada ciclo, manteniendo una variación mínima en el tiempo de operación. Combinados con mesas rotativas y utillajes multigarra, eliminan esperas entre ciclos. En configuraciones horizontales, se ubican en la periferia para retirar componentes, separar coladas o alimentar estaciones de inspección. 

La integración con visión artificial amplía su capacidad. Antes del cierre de molde, un equipo SCARA puede verificar la presencia y correcta colocación de insertos o detectar rebabas y defectos, lo que permite evitar daños en el herramental y reducir desperdicio. Este control en línea evita reprocesos y consolida la calidad del lote. 

Sinergias en celdas 

Los SCARA no reemplazan a los robots cartesianos o de seis ejes en todas las funciones; se complementan. Mientras que un cartesiano puede encargarse de la extracción interna del molde en ciclos de alta velocidad o procesos de IML/IMD, el robot SCARA ejecuta tareas en paralelo, como manipular etiquetas, apilar piezas o transferirlas a procesos secundarios. 
Su footprint compacto permite diseñar celdas más densas, y aprovecha mejor el espacio de planta. Esto resulta especialmente útil en entornos donde cada metro cuadrado tiene un costo elevado o donde es necesario agrupar varias máquinas en un área reducida. 

La variedad de soluciones incluye modelos con controlador integrado en la base, que simplifican la instalación y el cableado, y versiones para ambientes controlados como salas limpias, esenciales en producción médica o electrónica. Los avances en software también han reducido la complejidad de programación, pues tienen plantillas predefinidas para operaciones de pick and place o interfaces que integran la visión y la robótica en un mismo entorno. 

La elección del SCARA responde a criterios claros: tareas de manipulación rápida, cargas ligeras, espacios reducidos y necesidad de sincronización con procesos simultáneos. Su costo total suele ser menor que el de soluciones más complejas para funciones equivalentes, lo que mejora el retorno de inversión en operaciones de soporte y logística interna. 

La automatización en procesos de inyección de plástico no es una meta, sino un proceso continuo de adaptación tecnológica. La robótica SCARA ha demostrado que la especialización en ciertas tareas puede ser tan estratégica como la versatilidad total. A fin de cuentas, el secreto de la automatización no es llenar la planta de robots, sino de colocarlos en el lugar exacto para multiplicar el rendimiento del conjunto.